La autovía del interior que ha de cruzar las tierras del Ebro, una infraestructura clave para el desarrollo del territorio, está desde ayer más madura, después de que los cinco grupos políticos del ayuntamiento de Tortosa (PSC, CiU, ERC, PP e ICV) aprobaran una moción consensuada para presentar alegaciones al estudio informativo y al estudio de impacto ambiental. En un plazo de 20 días, Tortosa debe formular sus alegaciones teniendo muy presente la prioridad de no romper el consenso para que los plazos previstos por el Ministerio de Fomento se cumplan y la obra pueda adjudicarse a final del 2008.El tramo forma parte del futuro trazado de la autovía A-7, que unirá Castelló con L'Hospitalet de l'Infant (Baix Camp), y lo que Tortosa quiere es que "no discurra entre los núcleos de Campredó y La Font de Quinto", según los vecinos. El consistorio, no obstante, es consciente de la necesidad de no retocar demasiado con sus alegaciones el trazado final por el que opta Fomento sobre las tres alternativas iniciales, una opción que se corresponde con el itinerario consensuado a finales del 2005 por las poblaciones del Ebro con el visto bueno de la Generalitat. Y sabe que una propuesta de modificación demasiado atrevida podría dar al traste con ese consenso previo.PRECAUCIÓNDicho de otra forma, si Tortosa propusiera un acercamiento de la autovía hacia el núcleo urbano, la vecina población de Amposta (Montsià) podría sentirse perjudicada y entablar reclamaciones, con el consiguiente retraso de los trámites administrativos para construir la estratégica carretera. Para evitar discrepancias, el delegado del Govern, Lluís Salvadó, pidió a los ayuntamientos afectados que no presentaran alegaciones de fondo.El alcalde de Tortosa, Ferran Bel, (CiU), destacó ayer la importancia de la que será la primera autovía gratuita que cruzará el territorio. "Resulta fundamental para el desarrollo del polígono Catalunya Sud, para incrementar la competitividad de las empresas del Ebro y para mejorar nuestras comunicaciones", detalló.Bel recordó que el desacuerdo afecta solo a unos tres kilómetros del tramo que discurre próximo al río Ebro, pero este corto trazado había despertado una fuerte oposición en la zona: la campanya Entre Campredó y Font de Quinto, ni hablar ha sumado un millar de firmas.
Text: El Periódico de Cataluña
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